Hace un mes la ministra de Sanidad francesa, Roselyne Bachelot-Narquin, adelantó que a partir de 2011, los medicamentos publicitarios podrán venderse online. Se realizará siempre por farmacias legalmente autorizadas y cuenten con la autorización correspondiente para realizar este servicio. Además la farmacia deberá contar con los medios adecuados de comunicación y garantías para el paciente. ¿Es posible que se autorice algo similar en España? .
El artículo 2.5 de la Ley 29/2006 de Garantías y Uso Racional del Medicamento y Productos Sanitarios prohíbe la venta por correspondencia y por procedimientos telemáticos de medicamentos y productos sanitarios sujetos a prescripción médica. La normativa de desarrollo regulará dichas modalidades de venta con respecto a los medicamentos no sujetos a prescripción médica garantizando, en todo caso, que se dispensen por oficina de farmacia autorizada, con la intervención de un farmacéutico, previo asesoramiento personalizado conforme previenen los artículos 19.4 y 84.1 de esta Ley, y con cumplimiento de la normativa aplicable a los medicamentos objeto de venta. Una vez que la ley 29/2006 incluye dentro de su articulado esta posibilidad, sólo haría falta un Real Decreto que regulara la venta telemática de medicamentos en España. No siendo ésta una demanda del sistema sanitario ¿es realmente necesaria para garantizar el abastecimiento de medicamentos a la población o responde únicamente a intereses económicos?
Aunque el modelo de planificación sanitaria español tiene muchas deficiencias, una de ellas no es el desabastecimiento de medicamentos publicitarios. Más aún, si tenemos en cuenta que la retirada final del medicamento se realizaría en una oficina de farmacia legalmente establecida y bajo la supervisión de un farmacéutico. ¿Por qué alguien compraría medicamentos por internet si de todas formas tiene que ir a la farmacia a retirarlo?
La venta online tiene sentido cuando el consumidor se beneficia de ofertas/promociones o búsqueda masiva de proveedores. El precio de los medicamentos publicitarios es fijado por el Ministerio de Sanidad y Política Social y la ley 29/2006 establece la posibilidad de establecer un descuento máximo del 10% en el precio de los medicamentos publicitarios. Este descuento parece insuficiente para el consumidor, que además debe seguir visitando la botica, más cuando la venta de medicamentos no puede estar ligada a promociones de otro tipo.
Se puede pensar que detrás de esta medida están las oficinas de farmacia, que ven en internet una nueva forma de desarrollo comercial. Si tenemos en cuenta la lista de medicamentos publicitarios más vendidos en 2009, descubrimos que los analgésicos se llevan la palma. El precio medio es de 2,50 euros, el alto coste de una web de venta personalizada, con todas las garantías de comunicación que requerirían las autoridades sanitarias ,el mantenimiento y el tiempo que el farmacéutico debería dedicarle en tiempo real, hacen que la rentabilidad de la inversión parezca poco favorable.
Si la venta online en oficinas de farmacia fuera tan lucrativa, ya se habría explotado con los productos de parafarmacia, económicamente más rentables, y la presencia de farmacias en la red no sería tan escasa.
Lo más lógico sería pensar en los laboratorios farmacéuticos. Tienen capacidad económica de sobra para sufragar las plataformas digitales de venta y no sería la primera vez que financiaran a alguna farmacia para "colocar" sus medicamentos frente a otro laboratorio competidor o funcionar como central de compras dirigiendo a los consumidores hacia las oficinas de farmacia que más les interesen. En este punto es necesario diferenciar entre laboratorios y laboratorios, como defiende un compañero con un alto cargo en uno de los grandes laboratorios, un laboratorio farmacéutico debe desarrollar líneas de investigación y nuevos productos para curar a los personas, y no vivir de las caducidad de las patentes y de potentes redes comerciales.
Además debemos tener en cuenta el coste de posicionamiento de este tipo de plataformas de venta online. Es difícil y costoso competir con un laboratorio farmacéutico para búsquedas de Google como "venta paracetamol madrid" y más aún si tenemos en cuenta las webs ya existentes de venta de todo tipo de medicamentos ilegales y falsificados.
Los mejor intencionados ven en esta medida como una forma de luchar con la venta de medicamentos falsificados en la red: si establecemos plataformas legales con todas las garantías, desplazarán a las ilegales. Si analizamos los datos de medicamentos más buscados en la red para su compra en 2009, no encontramos a los publicitarios precisamente en los primeros puestos. La búsqueda se dirige generalmente a medicamentos sujetos a prescripción médica y a condiciones especiales de dispensación como son psicotropos, estupefacientes, hormonas y potenciadores sexuales. No parece que nadie pierda el tiempo buscando en Google la oferta más económica para comprar paracetamol.
Si lo analizamos desde el punto de vista sanitario, parece que esta medida no se corresponde con las medidas de uso racional del medicamento (URM) que desde todos los ámbitos se preconizan. Si de verdad se quiere potenciar el URM, es hora de que a la vez se potencie el valor de los profesionales sanitarios. No conviene olvidar que un medicamento publicitario está compuesto por sustancias activas, aunque esté destinado a síntomas menores y sus datos de toxicidad indiquen que pueden ser utilizados sin prescripción médica. No parece lo más sensato darle el mismo tratamiento comercial que a unos zapatos o a un billete de avión. Potenciando la venta telemática, el papel de los profesionales sanitarios es cada vez menor y con ésto disminuye la seguridad del paciente. ¿O tal vez, nada es casualidad, se pretende que los medicamentos publicitarios se vayan asimilando a estos bienes y servicios para sacarlos de las farmacias? La sombra del modelo de farmacia anglosajón es alargada.
Si los políticos de turno confunden medidas innovadoras para un buen URM con medidas mediáticas sin fondo sanitario, el que saldrá perdiendo es el paciente. Cuando los intereses económicos de los laboratorios y las cadenas de farmacias mundiales marcan las pautas del acceso de la población a los medicamentos sirviéndose de los políticos, ¿se puede garantizar el buen uso de los medicamentos?
Los medicamentos, publicitarios o no, son para curar y todas las innovaciones tecnológicas que se quieran utilizar y no busquen este fin, carecen de todo sentido. Que se haya perdido el respeto a los medicamentos no quiere decir que hayan perdido su riesgo, ¿cuántas úlceras ha causado la aspirina?