Riesgo de sufrir "Legionelosis" en instalaciones de lavado de coches.
Es normal encontrarnos en estaciones de servicio (gasolineras) o centros comerciales instalaciones destinadas al lavado de vehículos.En este tipo de lavado el agua se pulveriza y se originan aerosoles; por este motivo, estas instalaciones están contempladas en el artículo 2 apartado h “Otros aparatos que acumulen agua y puedan producir aerosoles” del Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis y concretamente están catalogadas como una instalación de “menor probabilidad de proliferación y dispersión de Legionella”. Claramente se tratan de instalaciones de riesgo, y deben ser controladas por los agentes implicados. ¡Año 2003!
!Año 2010! En la página web de un Ayuntamiento andaluz, se podían leer los resultados de las actuaciones realizadas derivadas del Plan de Vigilancia y Control de Instalaciones de Riesgo de Legionelosis (sección "Noticias del Servicio de Sanidad y Consumo", no merece la pena ni nombrarlo, pero tengan claro que se trata de una Ayuntamiento importante, en población). Mejor dicho, aún puede leerse, que "con fecha de finales de 2010 se han realizado actuaciones de control informativas sobre la prevención y control de legionelosis en tal municipio". Espero que la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía supla esta falta de control o inactividad.
Las máquinas de lavado han evolucionado con el paso del tiempo, pasamos de utilizar a mano mangueras de agua hasta los más avanzados sistemas de lavado, que ha llevado al ahorro de agua y a la utilización de agua a presión que mejora la eliminación de la suciedad adherida al vehículo.
Las máquinas de lavado han evolucionado con el paso del tiempo, pasamos de utilizar a mano mangueras de agua hasta los más avanzados sistemas de lavado, que ha llevado al ahorro de agua y a la utilización de agua a presión que mejora la eliminación de la suciedad adherida al vehículo.
Actualmente la totalidad de las instalaciones de lavado funcionan con al menos dos tipos de agua: agua de la red para la fase de lavado y desmineralizada para las fases de enjuague y encerado, pudiendo utilizarse en otros casos agua descalcificada. De igual modo, y debido a las exigencias medioambientales actuales, se utilizan aguas residuales depuradas como aguas recicladas en algunas fases del lavado.
Podríamos clasificar las instalaciones de lavado en tres tipos:
Lavado manual:
El lavado manual o también llamado “box de lavado” se compone de un compresor que impulsa el agua y una pistola de lavado con la que se debe lavar el coche y luego se enjuaga.
Puente de lavado:
Puente de lavado, en el que una estructura con rodillos de cepillos y boquillas de agua a presión se mueve hacia delante y detrás del coche, el cual permanece estático.
Túnel o tren de lavado
Túnel o tren de lavado que en el que el coche es transportado automáticamente por el interior de un túnel en el que están dispuestos los rodillos de cepillos y las boquillas de agua a presión.
Tanto boxes como puentes de lavado funcionan en su mayoría como autoservicios. Es decir, habitualmente no se necesita la presencia de ningún operario para poder realizar el lavado del vehículo. Sólo será necesario el personal encargado del mantenimiento de la instalación. No obstante, en el caso de los boxes de lavado, es el propio usuario el que está expuesto al aerosol.
Son los titulares de dichas instalaciones los responsables del cumplimiento de lo dispuesto en este Real Decreto y disponer del adecuado PROGRAMA DE MANTENIMIENTO, así como del control de la calidad microbiológica y físico-química del agua, con el fin de que no representen un riesgo para la salud pública.
La contratación de un servicio de mantenimiento externo no exime al titular de la instalación de su responsabilidad (artículo 4 del Real Decreto 865/2003).
Programas de mantenimiento higiénico-sanitario adecuados a las características de cada instalación, que incluirán el esquema de funcionamiento hidráulico y la revisión de todas las partes de la instalación para asegurar su correcto funcionamiento. Se aplicarán programas de mantenimiento que incluirán como mínimo la limpieza y, si procede, la desinfección de la instalación. Las tareas realizadas deberán consignarse en un registro de mantenimiento.
Para llevar a cabo el programa de mantenimiento se realizará una distribución de competencias para su gestión y aplicación, entre el personal especializado de la empresa titular de la instalación o persona física o jurídica en quien delegue, facilitándose los medios para que puedan realizar su función con eficacia y un mínimo de riesgo. Siempre que se realice, claro.
Pero no debemos olvidar que las Administraciones sanitarias competentes (autonómicas y locales) deben realizar las actividades de vigilancia y control necesarias sobre las instalaciones afectadas por dicha norma, evitando de este modo la aparición de nuevos y desgraciados episodios de legionelosis en la población. Sería curioso comprobar cuántas instalaciones de este tipo disponen de un Programa de Mantenimiento adecuado, y por supuesto, validado por la Autoridad Sanitaria correspondiente.
Lavado manual:
El lavado manual o también llamado “box de lavado” se compone de un compresor que impulsa el agua y una pistola de lavado con la que se debe lavar el coche y luego se enjuaga.
Puente de lavado:
Puente de lavado, en el que una estructura con rodillos de cepillos y boquillas de agua a presión se mueve hacia delante y detrás del coche, el cual permanece estático.
Túnel o tren de lavado
Túnel o tren de lavado que en el que el coche es transportado automáticamente por el interior de un túnel en el que están dispuestos los rodillos de cepillos y las boquillas de agua a presión.
Tanto boxes como puentes de lavado funcionan en su mayoría como autoservicios. Es decir, habitualmente no se necesita la presencia de ningún operario para poder realizar el lavado del vehículo. Sólo será necesario el personal encargado del mantenimiento de la instalación. No obstante, en el caso de los boxes de lavado, es el propio usuario el que está expuesto al aerosol.
Son los titulares de dichas instalaciones los responsables del cumplimiento de lo dispuesto en este Real Decreto y disponer del adecuado PROGRAMA DE MANTENIMIENTO, así como del control de la calidad microbiológica y físico-química del agua, con el fin de que no representen un riesgo para la salud pública.
La contratación de un servicio de mantenimiento externo no exime al titular de la instalación de su responsabilidad (artículo 4 del Real Decreto 865/2003).
Programas de mantenimiento higiénico-sanitario adecuados a las características de cada instalación, que incluirán el esquema de funcionamiento hidráulico y la revisión de todas las partes de la instalación para asegurar su correcto funcionamiento. Se aplicarán programas de mantenimiento que incluirán como mínimo la limpieza y, si procede, la desinfección de la instalación. Las tareas realizadas deberán consignarse en un registro de mantenimiento.
Para llevar a cabo el programa de mantenimiento se realizará una distribución de competencias para su gestión y aplicación, entre el personal especializado de la empresa titular de la instalación o persona física o jurídica en quien delegue, facilitándose los medios para que puedan realizar su función con eficacia y un mínimo de riesgo. Siempre que se realice, claro.
Pero no debemos olvidar que las Administraciones sanitarias competentes (autonómicas y locales) deben realizar las actividades de vigilancia y control necesarias sobre las instalaciones afectadas por dicha norma, evitando de este modo la aparición de nuevos y desgraciados episodios de legionelosis en la población. Sería curioso comprobar cuántas instalaciones de este tipo disponen de un Programa de Mantenimiento adecuado, y por supuesto, validado por la Autoridad Sanitaria correspondiente.
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